Cuando actuamos desde el enojo y la decepción es porque solemos estar heridos; podemos estar heridos física o emocionalmente. Lo que nos lleva a actuar con todos esos sentimientos negativos.
Esto tiene gran alcance que hace olvidarnos de nosotros mismos para ser eso que seguro no querías ser.
Tanto dolor físico como emocional nos cambia:
Dolor físico.
Si te duele una pierna, cojeas, es algo visible y molesto, esto debe ser algo que no puedes dejar para más adelante; simplemente te haces cargo de lo que pasa y pones el mayor empeño en mejorar. Vas al médico, tomas la medicación, haces la rehabilitación.
Este proceso lo haces lo antes posible para poder realizar tus tareas del día a día mucho mejor y que nadie vea que estás cojeando.
Dolor emocional.
Mentalmente si tienes algún suceso que no sanaste bien, enfado, frustración, rabia, trauma, esto no se ve solo tú sabes que lo tienes.
Es difícil hacerse cargo, duele, pero como solo tú lo sabes si lo dejas para más adelante o intentas reprimirlo, algo que con un dolor físico no puedes hacer.
Digo intentar porque en realidad vos crees que ya pasó o que lo olvidaste, pero no es así está ahí y solo se acumula a otros procesos que dejaste para más adelante.
Con los dolores emocionales tienes que hacer como con tu dolor físico, aceptarlo que está pasando, busco la forma de gestionarlo y me tomo el tiempo necesario de hacerlo para poder cerrar esa herida, que, aunque emocional pero herida al fin.